viernes, 24 de enero de 2025

El diseño y la moda

El diseño

Etimología

La palabra diseño deriva del vocablo disegno cuyo significado es dibujo, que se representa gráficamente mediante el plasmado de algo que quieras interpretar, al diseñar se prefigura que es el proceso anterior a la solución de un conjunto de gráficos. Bard (2013, 89)

Concepto

Definimos al diseño como un procedimiento anterior de configuración de la mente que se llama prefiguración, la cual busca solucionar cualquier materia. Es utilizado en diversos ámbitos como la industria, arquitectura, ingeniería, comunicación y otras más. Es también la unión de materiales técnicos. Fidel (2012, 52):

Fuente: Fashionary


Fases del proceso del diseño

El proceso de diseñar, suele implicar las siguientes fases:

1. Mirar, estudiar el medio que lo rodea y convive el hombre, descubriendo sus necesidades.

2. Estudia por medio de la organización y da énfasis de la necesidad encontrada.

3. Planifica y propone la solución poniendo énfasis en la solución de una necesidad, con la utilización de planos y maquetas, que tratan de desarrollar posibilidades positivas.

4. Visualizar la construcción y la ejecución la idea inicial en hechos de la vida real, utilizando materiales y desarrollo productivo.

Los actos mencionados anteriormente se van dando uno seguido de otro, en su mayoría continuadamente, según sea el proceso del diseño y como lo quieras diseñar.

 La Moda

Fuente: Harper Bazaar


Según el diccionario de terminologías de la moda (2010, 100):

“La moda se refiere a las costumbres que marcan alguna época o lugar específicos, en especial aquellas relacionadas con el vestir o adornar, y es que la moda es el gusto masivo, impuesto o adquirido, frente a la ropa, los perfumes, los anteojos, los colores, y todo lo que se vincule con el embellecimiento. No sólo el de la mujer, ya que los hombres, cada vez con más fuerza, se incorporan a los gritos de la moda. Por ende, la moda es aquello, que se considera actual. Lo que se está utilizando en un período determinado. Anteriormente, la moda, era un poco más estable, no cambiaba tan rápido. Hoy en día, la moda cambia de estación en estación y de año en año. La moda actual, no es perdurable, por lo que siempre hay que estar atento a lo que se va a utilizar en la próxima temporada” 

En Roma se utilizaban la famosa toga, que pasaba por un hombro dando la vuelta debajo de los brazos, ambos sexos femenino y masculino lo utilizaban. Y las chicas que son más vanidosas se preocupaban siempre hacerse el peinado, que diferenciara sus hermosas cabelleras.

Fueron pasando los años y la moda fue evolucionando mas poniéndose mas refinada, existiendo épocas la ropa con diseños complicados, donde las mujeres utilizaban vestidos largos y armados, sin que se mire su cuerpo desnudo, principalmente la moda era recatada donde el acento estaba en el adorno.

El diseño de Moda

“El diseño de moda es una disciplina que integra diferentes componentes, de orden socio-cultural y cuyo objetivo es diseñar indumentaria con ideas creativas, que respondan a las necesidades de los individuos dentro de un contexto global y actual. Permitiendo involucrar de manera integral las diferentes áreas: artística, humanística, técnica e investigativa; con un enfoque industrial que responde a los requerimientos del mercado y la industria cambiante de la moda.” (Gondar (s/f) p.109)

Importancia del Diseño de Moda

Según el diccionario de terminologías de la moda, el diseño de moda permite crear diferentes modelos de prendas, lo que hace que una prenda sea atractiva y tenga mayor demanda, a esto se suma la buena confección y acabado perfecto.


El diseñador de moda es la persona con talento, 

ingenio, imaginación y aptitudes 

que realiza sin esfuerzo diferentes modelos, 

se encarga de interpretar las tendencias de cada época 

y crear en base a ellas atuendos y vestidos 

de acuerdo con cada sociedad.


 El diseñador 

El diccionario de terminologías  de la moda hace referencia “a la profesión mediante la praxis profesional o académica de quien diseña, actúa y proyecta objetos funcionales, herramientas ergonómicas, mobiliario, accesorios útiles, vestimenta, espacios físicos o virtuales webs, multimedia, información, señales, mensajes no verbales sígnicos, simbólicos y sistemas, ordena elementos gráficos e imágenes, clasifica tipologías, crea o modifica tipografías” (2009,p.59)




Fuente: 

PAREDES CAMPOS, Seida  Licenciado en Educación  Especialidad: Tecnología del Vestido

MONOGRAFÍA, Lima, Perú,2018

DISEÑO, PATRONAJE Y PROCESO DE CONFECCIÓN DE PANTALONES PARA DAMAS PARA DIFERENTES OCASIONES



martes, 21 de enero de 2025

El cuerpo y la moda - Una visión sociológica





El cuerpo y la moda-Una visión sociológica

Capítulo I

 (fragmento)

 Joanne Entwistle


 VESTIR Y EL CUERPO

«Hay un hecho evidente y prominente sobre los seres humanos», dice Turner (1985, pág. 1)

al comienzo de su libro El cuerpo y la sociedad: exploraciones en teoría social,

«tienen cuerpos y son cuerpos». Es decir, el cuerpo constituye el entorno del yo,

es inseparable del yo. Sinembargo, lo que Turner omite en su análisis es otro hecho evidente

 y prominente: que los cuerpos humanos son cuerpos vestidos. El mundo social es un mundo

 de cuerpos vestidos. La desnudez es totalmente inapropiada en casi todas las situaciones

 sociales e incluso en situaciones donde se exhibe demasiada carne (en la playa, en la

 piscina, incluso en el dormitorio); es probable que los cuerpos que se encuentran en estas 

situaciones vayan adornados, aunque sólo sea con joyas o con perfume: cuando a Marilyn 

Monroe se le preguntó qué llevaba puesto para irse a la cama, ésta respondió que sólo 

llevaba Chanel número 5, lo cual ilustra cómo el cuerpo, incluso sin adornos, puede seguir 

adornado o embellecido de algún modo. 

El vestir es un hecho básico de la vida socialy esto, según los antropólogos, es común en 

todas las culturas humanas: todas las personas «visten» el cuerpo de alguna manera, ya sea 

con prendas, tatuajes, cosméticos u otras formas de pintarlo. Es decir, ninguna cultura deja 

el cuerpo sin adornos, sino que le añade algo, lo embellece, lo resalta o lo decora. En casi 

todas las situaciones sociales, se requiere que aparezcamos vestidos, aunque lo que 

constituye la «prenda» varíe de una cultura a otra, puesto que lo que se considera apropiado

dependerá de la situación o de la ocasión. Un traje de baño, por ejemplo, sería inadecuado y 

escandaloso para ir a comprar, mientras que bañarse  con abrigo y con zapatos sería   

absurdo para el propósito de nadar, pero quizás apto como reclamo publicitario para recoger fondos. 

El significado cultural del vestir comprende todas las situaciones, incluso

aquellas en las que se puede ir desnudo: hay estrictas reglas y códigos para cuando pódeme 

aparecer desnudos. Aunque los cuerpos puedan ir desnudos en ciertos espacios, sobre todo 

en la esfera privada del hogar, en el terreno social casi siempre se requiere que un cuerpo 

vaya vestido apropiadamente, hasta el punto de que la ostentación de la carne, o su

exposición inadvertida en público, es molesta, perturbadora y potencialmente subversiva. 

Los cuerpos que no se conforman, los que se saltan las convenciones de su cultura y no 

llevan las prendas apropiadas, son considerados subversivos en lo que respecta a los códigos sociales

básicos y corren el riesgo de ser excluidos, amonestados o ridiculizados.

El streaker que se quita la ropa y echa a correr desnudo por el campo de cricket o por el 

estadio de fútbol llama la atención hacia estas convenciones en su acto de romperlas: de 

hecho, si una mujer hace lo mismo, se considera «una infracción del orden público», 

mientras que el exhibicionista puede ser castigado por «exposición indecente» (Young,1995, pág. 7).



La ubicua naturaleza del vestido parece apuntar al hecho de que la ropa o los adornos son 

uno de los medios mediante los cuales los cuerpos se vuelven sociales y adquieren sentido e 

identidad. El acto individual y muy personal de vestirse es un acto de preparar el cuerpo 

para el mundo social, hacerlo apropiado, aceptable, de hecho, hasta respetable posiblemente 

incluso deseable. Vestirse es una práctica constante, que requiere conocimiento, técnicas 

y habilidades, desde aprender a atarse los cordones de los zapatos y  abrocharse los botones 

de pequeño, hasta comprender los colores, las texturas y las telas y  cómo combinarlas 

para que se adecuen a nuestros cuerpos y vidas. 

La ropa es la forma en   que las personas aprenden a vivir en sus cuerpos y se sienten 

cómodos con ellos.

Al llevar las prendas adecuadas y tener el mejor aspecto posible, nos sentimos bien con 

nuestros cuerpos y lo mismo sucede a la inversa: aparecer en una situación sin la ropa 

adecuada nos hace sentir incómodos, fuera de lugar y vulnerables. En lo que a esto 

respecta, la ropa es una experiencia íntima del cuerpo y una presentación pública del mismo. 

Moverse en la frontera entre el yo y los demás es la interfase entre el individuo y el mundo 

social, el punto de encuentro entre lo privado y lo público.

Los cuerpos desnudos o semidesnudos que rompen con las convenciones culturales, 

especialmente las del género, son potencialmente subversivos y se los trata con horror o 

con burla. Las mujeres que practican culturismo de competición, como las que aparecen en 

la película documental Pumping Iron II: The Women (1984), suelen verse como

«monstruosas», pues sus músculos desafían las suposiciones culturales profundamente 

arraigadas y suscitan las preguntas siguientes: «¿Qué es un cuerpo de mujer? ¿Se llega a un 

punto en que el cuerpo de la mujer se transforma en algo más? ¿Cuál es la relación entre un 

cierto tipo de cuerpo y la «feminidad»? (Kuhn, 1998, pág. 16; véanse también Schulze,

1990; St. Martin y Gavey, 1996). En el culturismo, los músculos son como la ropa, 

pero a diferencia de ésta son supuestamente «naturales».

Sin embargo, según Annette Kuhn: los músculos son una especie de travestismo,

especialmente para las mujeres culturistas: mientras los músculos se pueden considerar 

como prendas, la formación de músculos en la mujer implica una transgresión de las 

barreras propias de la diferencia sexual (1998, pág.17)

Con estas ilustraciones, es evidente que los cuerpos son potencialmente molestos. Las 

convenciones del vestir pretenden transformar la carne en algo reconocible y significativo 

para una cultura; es fácil que un cuerpo que no encaja, que transgrede dichos

códigos culturales, provoque escándalo e indignación y que sea tratado con desprecio o 

incredulidad. Ésta es una de las razones por las que la indumentaria es una cuestión de 

moralidad: vestidos de forma inadecuada nos sentimos incómodos, estamos expuestos a la 

condena social. Según Bell (1976), llevar las prendas apropiadas es tan importante que 

incluso las personas que no están interesadas en su aspecto se vestirán con la suficiente 

corrección como para evitar la censura social. El autor arguye que, en este sentido, entramos 
en el ámbito de los sentimientos «prudenciales, éticos y estéticos, y en la

mecánica de lo que podríamos denominar conciencia de la elegancia» (1976, págs. 18-19). 

Bell nos da un ejemplo de una barba de cinco días con la que no se podía ir al teatro sin 

sufrir la censura y desaprobación «exactamente comparable a la ocasionada por una 

conducta incorrecta». De hecho, con frecuencia se habla de la ropa en términos

morales, con palabras como «impecable», «muy bien», «correcta»

(1976, pág. 19). Pocos son inmunes a la presión social y la mayor parte

de la gente se siente incómoda cuando comete errores en el vestir, como darse cuenta de 

que lleva la bragueta desabrochada o descubrir una mancha en la chaqueta. Por 

consiguiente, tal como expone  Quentin Bell: «Nuestras prendas forman demasiada 

parte de nosotros para que la mayoría nos sintamos totalmente indiferentes por su estado:

es como si la tela fuera una extensión del cuerpo o incluso su espíritu» (1976, pág. 19).

Este hecho básico del cuerpo —de que, en general, debe presentarse apropiadamente vestido

— señala un aspecto importante del vestir, es decir, su relación con el orden social, si bien 

con el orden microsocial.

Esta importancia del vestir en el orden social parece convertirlo en un tema primordial de la 

investigación sociológica. Sin embargo, la tradición clásica dentro de la sociología 

no ha sabido reconocer la importancia de la indumentaria, en gran parte debido a que 

ha descuidado el cuerpo y las cosas que éste hace. Últimamente, la sociología ha empezado

a reconocerla, pero esta literatura todavía es marginal y relativamente escasa en comparación 

con otras áreas sociológicas. Parece que ha surgido una sociología del cuerpo que se hermanará 

con la literatura sobre el vestir y la moda. Sin embargo, estas obras, al igual que sucede

con la principal corriente sociológica, también han tendido a no examinar la vestimenta. 

Mientras la sociología no ha sabido reconocer la importancia de la indumentaria, 

las obras sobre historia, estudios culturales, psicología y demás, donde se suelen examinar, 

lo han hecho casi pasando por alto la importancia del cuerpo. Los estudios sobre la

moda y el vestir tienden a separar el vestido del cuerpo: la historia del arte celebra la prenda 

de vestir como un objeto, analizando el desarrollo de la confección a lo largo de la historia y 

considerando la fabricación y el detalle del traje (Gorsline, 1991; Laver, 1969); 

los estudios culturales suelen entender el vestir semiológicamente, como un «sistema de

signos» (Hebdige, 1979; Wright, 1992), o analizar los textos y no los cuerpos (Barthes, 1985;

 Brooks, 1992; Nixon, 1992; Triggs, 1992); la psicología social contempla los significados y las 

intenciones del vestir en la interacción social (Cash, 1985; Ericksen y Joseph, 1985; Tseélon,

1992a, 1992b, 1997). Todos estos estudios tienden a descuidar el cuerpo y los significados 

que éste aporta a la indumentaria. Sin embargo, el vestido de todos los días no se puede separar 

del cuerpo vivo, que respira y al que adorna. La importancia del cuerpo para el vestido es tal

que los casos en los que la prenda se presenta divorciada del cuerpo son extrañamente alienantes. 

Elizabeth Wilson (1985) capta la importancia del cuerpo en términos de comprensión del vestir y 

describe la incomodidad que uno siente ante la presencia de los maniquíes del  museo de la 

indumentaria. Lo inquietante del encuentro procede del «polvoriento silencio» y quietud 

de los trajes y de una sensación de que el museo está «habitado» por los espíritus de los 

seres humanos vivos cuyos cuerpos adornaron una vez esas prendas:

El observador se mueve con una sensación de pánico creciente por el mundo de los

muertos [...]. Al contemplar los trajes que tuvieron una estrecha relación con seres

humanos que yacen ya desde hace mucho en sus tumbas, experimentamos el sentido de lo

inexplicable, pues los trajes forman parte de nuestra existencia hasta tal punto que al

mover identidades, congeladas en su exposición en los mausoleos de la cultura, indican

algo comprendido sólo a medias, siniestro, amenazador, la atrofia del cuerpo y la

evanescencia de la vida (Wilson, 1985, pág. 1).

Al igual que la concha abandonada de cualquier criatura parece muerta y vacía, la toga o el traje 

una vez abandonado parece sin vida, inanimado y alienado de su propietario. 

Esta sensación de alienación del cuerpo es aún más profunda cuando la prenda o los 

zapatos todavía llevan las marcas del cuerpo, cuando la forma de los brazos o de los

pies son claramente visibles. Sin embargo, la prenda cotidiana siempre es algo más que una 

concha, es un aspecto íntimo de la experiencia y la presentación de la identidad y está tan 

estrechamente vinculada con la identidad de estos tres —prenda, cuerpo e identidad— 

que no se perciben por separado, sino simultáneamente, como una totalidad.

Cuando el traje es separado del cuerpo-identidad, como en el caso del museo de la indumentaria, 

captamos sólo un fragmento, una instantánea parcial del vestido, y por ende nuestra comprensión 

queda limitada. El museo de la indumentaria convierte el traje en un fetiche, explica cómo

se fabricó, las técnicas de costura, los bordados y adornos empleados, así como la etapa histórica 

en la que fue usado. Lo que no nos puede decir es cómo se llevó ese traje, cómo se movía cuando 

estaba en un cuerpo, cómo sonaba al moverse y cómo hacía sentir a quien lo llevaba.

Sin un cuerpo, un traje carece de plenitud y de movimiento, no está completo (Entwistle y Wilson, 1998).

Una perspectiva sociológica sobre el vestir requiere apartarse del concepto de la prenda como 

objeto y contemplar en su lugar la forma enque el traje encarna una actividad y está integrado 

en las relaciones sociales




RECURSOS TEÓRICOS

El cuerpo como un objeto cultural

(...)

.Douglas (1973, 1979b, 1984) también ha reconocido el cuerpo como un objeto natural moldeado 

por las fuerzas sociales.

Ella sugiere, por tanto, que existen «dos cuerpos»: el cuerpo físico y el cuerpo social.

Resume la relación entre ambos en Símbolos naturales: exploraciones en cosmología:

[...] El cuerpo social restringe el modo en que se percibe el cuerpo físico. La experiencia física del 

cuerpo, siempre modificada por las categorías sociales mediante las cuales es conocido, mantiene una 

particular visión de la sociedad, Existe un continuo intercambio de significados entre los dos tipos de 

experiencia corporal, de modo que cada una de ellas refuerza la categoría de la otra (1973, pág. 93).

Según Douglas, las propiedades fisiológicas del cuerpo son, pues, el punto de partida para la cultura, 

que hacen de mediadoras y las traduce en símbolos significativos. De hecho, la autora arguye que hay 

una tendencia natural en todas las sociedades a representar el cuerpo, puesto que el mismo y sus 

propiedades fisiológicas, como sus productos residuales, alimentan a la cultura con un rico recurso para 

el trabajo simbólico: «El cuerpo es capaz de alimentar a un sistema de símbolos natural» (1973, pág. 

12). Esto significa que el cuerpo es un medio de expresión altamente restringido, puesto que está muy 

mediatizado por la cultura y expresa la presión social que tiene que soportar. La situación

social se impone en el cuerpo y lo ciñe a actuar de formas concretas; de hecho, el cuerpo se convierte 

en un símbolo de la situación. Douglas (1979b) da el ejemplo de la risa para ilustrar esto. La risa es una

función fisiológica: empieza en la cara, pero puede afectar a todo el cuerpo. Ella pregunta: «¿Qué es lo 

que se comunica? La respuesta es: información sobre el sistema social» (1979b, pág. 87). La situación 

social determina el grado en que el cuerpo se puede reír: cuantas menos restricciones, más libre está el 

cuerpo para reír en voz alta. De este modo, el cuerpo y sus fronteras expresan simbólicamente las 

preocupaciones del grupo en particular en el que se encuentra y, en realidad, se convierte en un 

símbolo de la situación. Los grupos que se preocupan por las amenazas contra sus fronteras culturales 

o nacionales pueden manifestareste temor mediante rituales en torno al cuerpo, especialmente rituales

de contaminación e ideas sobre la pureza (1984). El análisis de Douglas(1973) sobre el pelo «a lo 

rastafari» y el pelo liso también ilustra larelación entre el cuerpo y el contexto. El pelo «a lo rasta», una 

vez símbolo de rebeldía, puede verse entre esos profesionales que están es una posición de crítica de la 

sociedad, concretamente, entre académicos y artistas. El pelo liso, sin embargo, es más habitual entre 

los conformistas, como abogados y banqueros. Este enfoque en el cuerpo como símbolo ha

conducido a Turner (1985) y a Shilling (1993) a considerar el trabajo de Douglas no tanto una 

antropología del cuerpo, sino más bien «una antropología del simbolismo del ríesgo y, podemos añadir, 

de ubicación y estratificación social» (Shilling, 1993, pág. 73).

No cabe ninguna duda de que este análisis se puede extender a la indumentaria y los complementos. La 

ropa en la vida cotidiana es el resultado de las presiones sociales y la imagen del cuerpo vestido puede

ser un símbolo del contexto en el que se encuentra. Las situaciones formales como bodas y funerales t

tienen normas de vestir más elaboradas que las situaciones informales y tienden a incluir más «reglas», 

como la estipulación sobre el traje de etiqueta y el esmoquin. Este traje a su vez transmite información 

sobre la situación. En dichas situaciones formales también podemos hallar códigos convencionales de 

género impuesto con mayor rigidez que en los entornos informales. Las situaciones formales, como 

entrevistas de trabajo, reuniones de negocios y actos formales nocturnos, tienden a exigir claras 

fronteras de género en el vestir. Una situación que exija «traje de noche» no sólo tenderá a ser formal 

sino que la interpretación de dicha prenda tendrá unas claras connotaciones de diferencia de género: 

generalmente eso sen traduce en traje largo para la mujer y traje de etiqueta y esmoquin para el hombre.

Los hombres y mujeres que opten por invertir este código e intercambiar las prendas se arriesgan a ser 

excluidos del evento. Otras situaciones específicas que requieren claros códigos de vestir para

hombres y mujeres se dan en el terreno profesional, especialmente en las profesiones antiguas como la 

abogacía, los seguros y las finanzas de la City. Aquí, una vez más, las barreras de género suelen estar 

claramente marcadas por la obligación, unas veces explícita y otras implícita, del uso

de la falda en la mujer. El color también tiene género, sobre todo en el trabajo: el traje pantalón que 

llevan los hombres en la City normalmente es negro, azul o gris, pero las mujeres que ejercen las 

profesiones tradicionales pueden llevar rojos brillantes, naranjas, turquesas y demás.

Las corbatas de los hombres añaden un elemento decorativo a los trajes, puesto que pueden ser claras, 

incluso chillonas, pero esto es por lo general contrarrestado por un fondo oscuro y formal. El lugar de 

trabajo profesional, con sus normas y expectativas, reproduce las ideas convencionales de lo 

«femenino» y lo «masculino» mediante la imposición de códigos particulares de vestir. De este modo, 

los códigos de vestir forman parte de la actuación de los cuerpos en el espacio y

funcionan como medio para disciplinarlos a que actúen de formas concretas. Según la idea de Douglas 

sobre el cuerpo como símbolo de la situación, la imagen del cuerpo transmite información sobre la 

situación. Incluso dentro de cada profesión existe algún grado de variación

respecto a la formalidad de la presentación del cuerpo; cuanto más tradicional sea el lugar, más formal 

será y mayores serán las presiones que se ejerzan sobre el mismo para que se vista según los códigos

particulares estrictamente regidos por el género. 


Mientras la antropología ha influido en sugerir cómo el cuerpo ha sido moldeado por la cultura, Turner 

(1985) sugiere que el trabajo del historiador y filósofo Michel Foucault es el que verdaderamente ha

demostrado la importancia del cuerpo en la teoría social, contribuyendo con el mismo a la inauguración 

de la sociología del cuerpo. A diferencia de los teóricos sociales clásicos que ignoran o

reprimen el cuerpo, la historia de la modernidad de Foucault (1976, 1977, 1979, 1980) coloca al cuerpo 

humano en el centro del escenario, al considerar el modo en que las disciplinas emergentes de la 

modernidad estaban principalmente enfocadas en la actuación de los cuerpos individuales y de las 

poblaciones de cuerpos. Su explicación del cuerpo  como objeto moldeado por la cultura nunca ha sido 

aplicada específicamente a la ropa, pero su importancia es considerable para comprender la moda y el 

vestir como puntos de partida para los discursos sobre el cuerpo.

(...)


Joanne Entwistle

El cuerpo y la moda-Una visión sociológica

Capítulo I

(fragmento)

© 2000 Joanne Entwistle

© 2002 de la traducción, Alicia Sánchez Mollet

Ediciones Paidós Ibérica, S. A.,

Título original: The Fashioned Body

Originalmente publicado en inglés, en 2000, por Polito Press, Cambridge, RU, en

asociación con Blackwell Publishers, Ltd., Oxford, RU

Libro completo

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Leer el libro en: Academia.edu 

Compatibilidad entre agujas, tejidos e hilos






Para obtener un buen resultado a la hora de coser es indispensable prepararnos y equiparnos adecuadamente antes de comenzar . Las máquinas deben estar limpias, aceitadas y bien mantenidas, los hilos deben ser compatibles y las agujas las correspondientes con los tejidos a coser . 

Por lo general las distintas marcas de máquinas de coser ofrecen, en sus manuales de usuario, tablas de compatibilidad entre hilos, tejidos y agujas. También los fabricantes de agujas publican catálogos con información competente al uso de los artículos que ofrecen. En esta oportunidad hemos elegido la marca Singer para acercarles información al lector sobre los beneficios de usar la aguja correcta en cada oportunidad. 

Las agujas Singer  originales que usamos en Latinoamérica son fabricadas en Brasil con alta tecnología para producir la aguja específica para cada aplicación. El uso de las agujas correctas, en cuanto al tamaño y tipo de punta, resulta en una mejor puntada. Si las agujas son empaquetadas con la marca "Singer " con algún otro origen, por ejemplo China, debe saber que está frente a una copia generalmente de muy mala calidad, que pone en riesgo el resultado de su costura. Use agujas originales y disfrute de su tiempo de costura. 

Tamaños (1)

La mayoría de las agujas comunes están disponibles en el Sistema Métrico "65 hasta 160" o Sistema Singer "09 hasta 23 - de 0,65 mm de diámetros a 1,60 mm. Las Agujas Especiales
también están disponibles en otros tamaños. Asegúrese que usted está utilizando la aguja de tamaño correcto y recuerda que el hilo tiene que atravesar el ojo de las agujas libremente
para la ejecución de una buena puntada.
Sugerimos, como un guía práctico, el uso de los siguientes tamaños de agujas, según el tipo de tejido o material a ser utilizado.
Denim y Lona Pesada, por lo menos el tamaño 110; 
Tejido Pesado, tamaño 100; 
Tejido Ligero Pesado, tamaño 90; 
Tejido Ligero Mediano, tamaño 80; 
Tejido Ligero, tamaño 70/75; 
Tejido Delicado, tamaño 70 
Tejido muy Delicado, tamaño 65.

Agujas Industriales - Tamaños Equivalentes de Agujas - Sistema Métrico y Singer STD
Singer 09 10 11 12 14  16   18   19   20   21   22   23
Metric 65 70 75 80 90 100 110 120 125 130 140 160

Tipos de Puntas (1)

Las agujas dañadas, sobre todo en tejidos ligeros como el Jersey y el Poliéster pueden perjudicar seriamente la formación de la puntada y puede dañar también las fibras del tejido causando problemas como 'saltarse un punto'. El tipo de punta elegido correctamente es muy importante para una buena
costura. Singer fabrica los tipos de puntas de agujas más comunes - los Puntas Redondas y Cortantes - y se identifican por "Código de Punta."

"Código de Punta" de agujas Singer y su uso práctico



Tipos de agujas domésticas y sus denominaciones nominales (2)

Universal (Modelo 2020) se usan para todos los tejidos de algodón. Esta aguja penetrará entre los hilos de la tela en tejidos de algodón.


Punta Redonda (Modelo 2045) se usan para costura en tejidos de punto; la punta redonda permite a la aguja pasar entre los hilos de las telas separándolos. (El usar una aguja regular en tejidos de punto hará que se salten las puntadas y se dañe la tela, causando su fruncimiento.)


Punta Regular de Cromo (Modelo 2000) se recomiendan para bordar telas tejidas en todas las máquinas de bordado SINGER®. Esta aguja resistente es más duradera y tolerará las altas velocidades de costura de las máquinas de bordado.


Punta Redonda de Cromo (Modelo 2001) se recomiendan para bordar en telas de tejido de punto en todas las máquinas de bordado SINGER®. Esta aguja resistente es más duradera y tolerará las altas velocidades de costura de las máquinas de bordado.


Mezclilla o Jeans (Modelo 2026) recomendadas para coser mezclilla, jeans y lonetas.


Aguja Doble (Modelo 2025) se usa para coser dos hileras cercanamente espaciadas a la vez - para puntada decorativa.


Aguja de Hilvanado o de Mariposa (Modelo 2040) crea un pequeño orificio en la tela conforme cose y se usa para costuras decorativas. Usa fibras naturales como lino y algodón para mejores resultados.


Cuero y vinil (Modelo 2032) se usan para costuras en tejidos como el cuero y vinil.


Agujas para máquina Ovelock/Remallado (2)

Universal (Modelo 2054-42)
las agujas de remallado se usan en todos las telas tejidas; esta aguja penetrará los hilos de la tela separándola. Para uso en máquinas overlock/remallado SINGER® modelo 14U.


Punta Redonda (Modelo 2054-06) las agujas de remallado se usan para coser en telas de punto; la punta redonda permite que la aguja pase entre los hilos de la tela separándolas. (Usar una aguja de punta regular en telas de punto hará que se salten puntadas y se dañe la tela, frunciéndola.) Para uso en máquinas overlock/remallado SINGER® modelo 14U.


Cromo (Modelo 2022) las agujas de remallado se recomiendan para las máquinas overlock/remallado SINGER® modelo ULTRALOCK® 14SH.


Cambia la aguja después 6 a 8 horas de trabajo o después de pegar con algún alfiler. El daño a la tela se causa regularmente por una aguja doblada, desgastadas o con rebarbas. 

Puntadas disparejas o que se salten puntadas es con frecuencia  el resultado de un uso incorrecto del calibre o del modelo de  la aguja.

Compatibilidad entre agujas, tejidos e hilos,
según el manual de usuario de Singer 270-280



Fuentes:
(1) https://es.scribd.com/doc/189430061/Catalogo-Agujas-Singer
(2)  https://www.singer.com/mx/selecciona-una-aguja

Reposteo del blog  MarCa Máquinas de Coser