Pero lo que es moda y necesario se vuelve un negocio lucrativo para otros. Noa Brands es un 'holding' que integra diversos grupos especializados en maniquíes, con base en Barcelona, Denver y Shangai, entre los que se encuentran grandes marcas de fabricante de maniquíes con muchos años de experiencia. En una nota realizada en 2015, su consejera delegada Marisa Tendero dijo “En muchas tiendas, el mejor vendedor es un maniquí, un buen escaparate es mucho más útil que cualquier campaña de publicidad”.(1) Lo dice una consejera de una marca que pertenece a un grupo que factura más de cien millones de euros anuales en venta de estos accesorios indispensables para la venta de ropa.
Luego, con el advenimiento de la pandemia, la paralización de la actividad en los centros comerciales y el paro en la industria, estos números descendieron. Al culminar la pandemia la actividad se renovó y las tiendas tanto, como las actividades económicas de pequeñas, medianas o grandes empresas que se inicaron en pandemia, con ventan on line y demás, revolucionaron el concepto del uso del maniquí. Hoy, no solo en tiendas, sino que en muchas casas hay uno o varios maniquíes.
La palabra maniquí procede del holandés manneken, que quiere decir "hombre pequeño". Todo comenzó a principios del siglo XIX, cuando una firma francesa The House of Worth refinó las figuras que se usaban antaño para realizar procesiones religiosas.

En 1911, en la exposición de Turín, Imans introduce el concepto del maniquí femenino en situaciones cotidianas.
Para la llegada del poliester habría que esperar a después de la Segunda Guerra Mundial. Antes se volvió a recuperar el papel maché, aunque esta vez estaba elaborado con base de celulosa. Esta tendencia no duraría demasiado dado que a partir de la década de los 60 comenzarían a fabricarse con plastico, látex y vinilo. Hasta el momento, la apariencia de los maniquíes era de muñecos, pero a partir de los 60 y con la vuelta del Art Decó, comenzarían a tener un aspecto más realista y adaptarse a las modas pop y beatlemanía. A partir de los ochenta se perfeccionarían otros aspectos, se normalizaron talles extra, mujeres embarazadas, razas, etc..
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