La maravilla de heredar una máquina no tiene precio. Y cuando llegan al taller esas máquinas antiguas, con historia y podemos recuperarlas, tiene el encanto y la belleza de acompañar en el proceso de volver a la vida una joya del pasado y ese sabor a gloria, el decir: ¡podemos!.
Algunas veces no las heredamos, si no que las buscamos, o las encontramos por casualidad pero igualmente se disfruta el proceso de devolverles la vida. Claro, que muchas veces las encontramos malogradas y debemos elegir cuál entrega de sus piezas para salvar a las otras y siempre alguna se sacrifica por el bien de las demás. Y es así que se le devuelve la vida a una máquina que estuvo abandonada en algún armario por largo tiempo. Vuelve para darle alegría a una costurera, una como esta servidora, que muere por hacer festones bordados con una Elna Supermatic o coser con la precisión de una Saltamontes.
La primer
Supermatic llegó a mis manos por casualidad, buscando una multipunto vintage. Sin conocerla la compré por curiosidad. No tenía discos de costura ni manual así que al principio fue toda una aventura. Las otras llegaron cuando fui descubriendo la belleza de esta máquina. Una de ellas, que falta en estas fotos, nos la trajo de obsequio un amigo, conocedor de la pasión que despertamos por la
Elna Supermatic. La
Elna Supermatic es una máquina de la post guerra, fue fabricada en Suiza a partir de 1952 y tiene la precisión de un reloj suizo. Fue la primer máquina de coser para el hogar, totalmente automática, y al igual que su predecesora, es brazo libre y cuenta con una valija de transporte que se transforma en mesa de costura.
Construida en metal, con bobina y caja de bobina metálica tiene poco desgaste a pesar de sus años y bien regulada es una seda en su funcionamiento. Realiza unos bordados maravillosos, costura triple, festón en varios tamaños y bordados a la altura de cualquier máquina automática del siglo XXI.
Una joya vintage que se disfruta.
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bordados de la Elna Supermatic |
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Discos y accesorios de bordado, zurcido y roulette. |
Se controla con la rodilla, lo que algunas personas consideran molesto, pero sinceramente me he adaptado perfectamente y disfruto de su ronroneo sobre mi pierna, ya que es una máquina casi sin vibración .Y, aunque la uso poco, casi siempre para bordar, la mantengo aceitada y limpia dentro de su caja metálica, lejos de la humedad y pronta para cualquier "deseo" de bordado que me ataque.
La primera de la fila es la Elna I, modelo Saltamontes, la primer máquina que sacó Elna al mercado en 1940, también con pedal de rodilla, brazo libre, liviana y de puntada precisa, una hermosa máquina con casi 80 años se mantiene vigente y en buenas condiciones. Estas máquinas se armaron hasta los 60.
Ambas un lujo que, como amantes de la costura, nos damos. Ya que otros lujos no podemos, disfrutamos de esta pasión como reyes.